“Es un día en el que nos juntamos todas a alzar la voz por las injusticias, es un día en el que puedes encontrar un espacio de confianza y apoyo. Más allá de esa instancia para juntarse, el feminismo se vive día a día”, parte comentando Belén Muñoz Rodríguez, estudiante de Ilustración de ARCOS.
“Todo parte siguiendo un legado de las mujeres luchadoras que alzaron la voz en la antigüedad. En ese tiempo había mucha más opresión, la gente era mucho más agresiva.
Para conmemorar ese día yo marcho, me junto con mis amigas y conversamos, Hay muchas mujeres en mi círculo que han pasado por cosas, entonces igual es un lugar donde se habita mucho la contención”, agrega sobre la conmemoración del 8M.
Sobre los avances que han conseguido las mujeres, Belén indica que “antes se notaban mucho más las brechas de oportunidades y reconocimiento entre los géneros, porque siempre los cabecillas eran hombres. Siempre ha habido mujeres talentosas en la pintura y en el arte, en todos los medios, pero no eran reconocidas o simplemente les arrebataron los créditos. En la actualidad, siento que me he podido rodear de gente que no me ve por mi género, sino por mi trabajo”.
Sin embargo, agrega que “muchas personas que han visto mi trabajo por redes sociales piensan que soy hombre por mi contenido, que es callejero. Y cuando saben que soy mujer, su trato cambia. Una vez tuve un contacto desagradable con un tipo que, cuando supo que era mujer, juzgó mi arte y su valor por mi género. Particularmente en el mundo del hip-hop hay demasiada cosificación. Incluso, me alejé de eso, porque me dio rabia que vean que el hip-hop es algo de hombres. Es súper violento tener que dejar de hacer lo que te gusta porque te sientes sexualizada, pero me he rodeado de gente lúcida que me ha permitido pintar en espacios bacanes”.
Pero, ante esa realidad, ella apoya a sus pares, “motivando mujeres a que hagan grafitis y que no piensen que es una cosa de hombres, porque no lo es. También impulsando a que las minas compartan su arte, porque el arte sin compartir es puro egoísmo (…) Porque para mí la ilustración es un medio de protesta (…) Hice un fanzine digital que habla sobre lo que no es amor. No es amor cuando te grita, no es amor cuando te sientes cómoda cuando se va, no es amor cuando tienes que guardarte cosas para no hacerlo sentir mal. Hay harta gente me sigue y que yo no conozco, pero que me han dicho cosas súper lindas sobre lo que yo hago entonces yo ahí me doy cuenta de mi aporte a la lucha de las mujeres”.
El arte le ha ayudado a mostrar mayor convicción. “Es importante tener un posicionamiento político cuando se habla de feminismo, porque hablar de feminismo es sí o sí hablar de política (…) Estoy habitando la creatividad. La inspiración es un juego, igual. Es fallar, irritarse y botar todo. Pero, también, es encantarse, tener ganas de enamorarse. Entonces, vivo mi lado creativo todos los días. Desde lo más bello hasta lo más feo. Y cuando no sé qué dibujar, sólo dibujo”, añade.
Sobre sus inspiraciones e influencias, Belén reflexiona. “Mucha gente me inspira, pero las que más me han marcado y que he podido tomar de ejemplo han sido mis mujeres. Mis amigas, mi mamá, que ha dado mucho. A pesar de todo, mi mamá se ha mantenido con la frente en alto y la admiro mucho como mujer y como persona, además de como mamá. La resiliencia de mis amigas, que han vivido muchas cosas horribles relacionadas con el machismo, pero ellas siempre me han dado fuerzas para aprender y pararse, para mirar al frente y no sentirme pequeña. De mis mujeres he sentido mucho apañe, apoyo y fuerza, mis mujeres son mi referente en el día a día. También mujeres grafiteras y que han hecho murales hermosos, gigantes”.